miércoles, 29 de febrero de 2012

33.



Casi pierdo la esperanza de volver a las raíces de la creatividad,
Carezco de romance mas no del pueril sentimiento que resplandece frente al rocío
El ansia de poderío enardece.

Quizás vuelva a usar las simplezas, un lenguaje que merezca el amor de la relatividad
Hablar de absolutos no tiene ni pies ni cabeza,
Un fingido deseo coloquial a la espontaneidad
Lo natural para mí suele ser incomprensible, no así mis músculos nunca desgarrados
                                                                                                                              
El cuerpo siempre ha estado, suelo olvidarlo,
Así como el descaro de una graciosa figura que goza de juventud veleidosa

Modesto aquel quien dice ignorar la fría corriente de tus mares,
Como una  introspección del silencio musical, que guía a todo lo sensible a un lugar y canal con sentido.

El ruido se encarga de separarnos, un orden alejado de nuestro instante caótico.

Para mí los conceptos siempre han estado errados,
Los antónimos son sinónimos de quien dice ser su más férreo rival,

Prefiero encontrarme con el alma frente a mis ojos,
Carentes de distracción olvidadiza a la quietud del florecimiento,
Dispuestos a olvidar por un instante el antifaz de lo deducible,
Sumergiéndose a la bondad de la locura ansiosa de cobrar sentido.