martes, 9 de agosto de 2011

Confort y música para robar

Hoy veo de frente a mis manos
Simulando un trabajo nunca hecho
Quejándome de lo mucho que me pesa el egoísmo

Tengo razones varias para retornar a la nube del silencio,
Cierto amor confortable, que adormece hasta a los más complejos
Lejanía sería poco, considerando la realidad que niego

Hoy veo al mundo haciendo  ruido….
Y es que eso me ensordece
Escudándome en mis argumentos dogmáticos
Fingiendo redención cada vez que me arrepiento por un segundo

Basta un perdón para el olvido (…)
Y sigo mirando mis manos
Aquellas que ansían tener y mantener el orden de las cosas
Que se aterran al pensar en quedar con un vacío
Un vacío lleno de miserias que nosotros mismos hemos creado
Moviéndonos en un vaivén de desdenes,
Mordiendo al fruto de nuestras propias raíces

Es la razón el caballo de carrera del hombre:
Orgullosa de ser quien es, celosa de compartirlo
La misma que justifica nuestros logros
Aquellos que la historia recuerda con fechas de guerra

Nada más placentero que la pirámide social siga donde mismo
Nuevos nombres a la esclavitud confunden hasta a los más ávidos
Mirando mis manos y no las de otro, pues las mías son suaves, dulces como una melodía
La misma que mi espacio genera al escuchar el horrible sonido:

Es el ruido de las masas mudas
Que intentan llegar a oídos de manos suaves
Manos frías, como las mías, de mis parientes que,  viviendo en el confort,
Disfrutamos del status quo

Hasta qué punto han llegado que estoy completamente sorda,
Creo caer en la pestilencia del remordimiento,
Y siendo el desaire  mi única salida de una posición incómoda
Qué mejor que prender la tele a ver si lo consigo

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